La palabra "escáner" denomina al aparato que se utiliza para realizar este examen.
Éste se compone de una superficie móvil en la que el paciente se posiciona y de un tubo de rayos X que se mueve en torno al paciente.
Detectores miden la intensidad de los rayos emitidos por el tubo.
Al lado opuesto de éstos, los receptores, compuestos de detectores digitales, registran la intensidad recibida después de que los rayos atraviesan el cuerpo del paciente.
Este dispositivo está conectado a un ordenador que procesa la información digital. La diferencia entre la intensidad de los rayos incidentes y la de los rayos emergentes, calculada para diferentes ángulos, permite obtener una imagen en niveles de gris.
Dado que los rayos penetran perpendicularmente al eje del cuerpo, las imágenes que se obtienen corresponden a cortes horizontales.